Castigo

- suponfgo que tendras razon, yo no puedo decirte porque no soy un neko, asi que solo puedo analizar lo que os produce-contesto, sacando la botella y volviendo a cerrar la jaula.

- pues por si no lo recuerdas no puedes comer, ya sabes, la gracia del castigo-contesto, sentandose en un lugar apartado para observarlo desde alli.

- si maldices tendre que castigarte aun más, as que evitalo.

- eso espero, porque cuandso seas mi8 mascota te permitire no llevar collar y esas cosas estupidas de protocolo, pero no quiero faltas de respeto hacia nadie. Si alguien te molesta me lo dices y punto.

- si alguien te molesta tendre que tomarlo como una ofensa a mí mismo, asi que actuaria como si me hubiesen molestado a mí-contesto, encogiendose levemente de hombros.

- exacto, ya que quien se mete con la mascita de alguien se podria decir que es una ofensa contra esa persona misma.

- eso es algo que la mayoria de los amos cumplen-contesto comn simpleza- me voy por un rato, tengo a un neko al que enseñar a ir con correa-le aviso, dando media vuelta para luego salir de alli.

- hasta lkuego, neko -contesto, para luego salir de la habitacion, cerrando la puerta pa<ra ir hasta otra de las salas de castigo y dejar la otra sumida en la oscuridad.

volvio al cabo de unas horas, enconytrando al neko dormido en la diminuta jaula, antes de volver se habia pasado por los aposentos del propietario, informandole sobre sus intenciones de adquirir a ese neko.

al ver que seguia dormido se acerco a la jaula, abriendola para luego meter su mano y comenzar a acariciar la cabeza del neko.

- dentro de poco seras mi8 pet-murmuro por lo bajo, para no despertar al neko de su letargo, sin dejar de acariciarle ahora las orejitas.

- he estado hablando con el dueño, no ve inconveniente en que paue tu precio a plazos ni que me pertenezcas- le dijo, sacando su mno para volver a cerrar la jaula.