Castigo

- ¿por que ronroneais los nekos?-cuestiono, dejando de acariciarle finbalmente las orejitas-sera mejor que recoja todo esto y nos vaymos a dormir-comento, levantandose de la silla.

- como los gatos, ¿no?-cuestiono, terminando de recoger todo junto al neko, luego procedio a comenzar a guardarlo- mañana en la mañana tenemos a un neko que no sabe obedecer ordenes, tendras que ayudarme-le informo.

- espero que te muestres firme, porque si te muestras comprensivo, y buena persona te pisotearan para escapar del entrenamiento y seguir siendo salvajes.

- reso esperop, porque no olvides que eres mi ayudante-comento, acariciandole `por ultima vez lasd orejas-ven, vamos a mi habitacion.

- no te separes de mi-le advirtio, andando por los desolados pasillos.

- ¿enserio?¿como son los pasillos frecuentados por los nekos?-cuestiono, curioso.

- entonces seguramente tambien serian laberintos para ti-comento, aunque parecia mas afirmacion que pregunta- ¿se te da mal orientarte?

- vaya es todo un logro-alabo, con una suave sonrisa- veras que pronto aprendes a andar por ellos, una vez los conoces son faciles de recordar.

- pero ten cuidado, debes decir que me perteneces, sino pueden castigarte otras personas pensando que estas aqui por tu cuenta.

- ya, pero tengo entendido que te hace daño en el cuello, asi que te hare grabar una placa para que la lleves con las laves de mi habitacion, asi si te preguntan lo enseñas y punto.

- pense que asi seria, por eso planee eso-contesto, suspirando-un poco, la mia es de las mas alejadas.

- porque tampoco es algo que me moleste, y no quiero molestar al jefe con esto, ya que me ha dejado quedartme contigo.

- umm, no eres alguien que se rinda facilmente, piensas por ti mismo pero eres a la vez amable...pense que serias un buen ayudante, pues tal vez yo sea demasiado frio, asi que alguien como tu no vendria mal.