En la búsqueda del neko elegido.

Como dueño que era estaba al corriente de todos los pets que tenían en el centro, y de los inconvenientes y habilidades de estos. Por lo que después de mucho pensarlo decidió que necesitaba uno para por lo menos tener una mínima compañía y alguien con quien divertirse. Por eso estaba en la sala de entrenamientos, buscando a un tal Yuki que según sus informes era muy obediente, por lo que no tendría que pasar por la inservible tarea de domarlo.

Lo encontró solo, lo que le facilitaba las cosas ya que no tendría que explicarle a ninguno de sus empleados para que lo requería- muevete, soy tu dueño desde ahora-le ordenó, una vez se encontraba enfrente de él, esperando no tener que repetírselo otra vez.

Estaba en la sala de entrenamiento sentado en un rincon cuando veo una sombra y levanto la mirada escuchando su orden levantandome despues de escucharla -Si, amo- le dijo de manera sumisa

Sonrio pàra sus adentros(pues en publico jamás se lo permitiria) al ver que el otro como esperaba se comportaba de forma sumisa- ¿como te llamas?-le preguntó, aunque ya sabia la respuesta, más que nada lo hizo para saber si el neko sabia quien era él.

-Yuki, amo- le respondi con la mirada baja

- ¿Sabes quien soy yo?-le preguntó ya harto, normalmente ya estarían temblando por la idea de pertenecerle a alguien como a él- soy el dueño de todo esto, y como para referirte a mí utilizaras como bien haces un simple "amo" no necesitas saber mi nombre.

-Lo se amo- sin levantar la cabeza y tratando de controlar el leve temblor que me daba al escuchar su voz -Sera como usted decida amo-

- Muy bien, ahora iremos a mi despachop para decirte sobre las que serán tus ocupaciones desde ahora y hasta que me aburra de ti, ¿entendido?-cuestionó, volviendo levemente la cabeza para mirarlñe- y no quiero ninguna clase de excusa para no cumplir alguna, porque entonces serás sancionmado, y dejame decirte que creo que eso es algo que no querrías por nada del mundo, ¿o me equivoco?

-Si amo- temblando levemente al escuchar sobre las sanciones -No se equivoca amo, hare todo lo que me ordene-

- Vern, es por aquí-le dijo cogiéndolo del brazo, satisfecho de la eficiencia y sumisión del otro, desde luego si no lo hubiese escogido para él seguro que en subasta hubiese costado bastante- ¿que clase de entrenamiento has recibido?-le preguntó, más que nada interesado a si esa sumisión se debía a que hubiese visitado alguna vez la sala de castigos.

-De todos los entrenamientos amo- le dijo caminando hacia su despacho

- ¿has estado alguna vez castigado?se interesó sin dejar de andar, mirándolo de reojo- ¿qué edad tienes?-le preguntó, pues parecía más pequeño de lo que en la ficha se le informaba.

-No amo, nunca me han castigado- caminando un poco atras de el -13 amo-

- Es extraño, tu grado de sumisión normalmente solo se consigue con una buena sesión en la sala de castigos-comentó, más para él que para el pet- eres un crío todavía-le dijo, dejando de andar para poder cogerlo del brazo y pararse a observarlo con detenimiento y minuciosamente- mm, para ser un crío no tienes mal cuerpo, desde luego serás divertido pore lo menos en ese sentido.

-No me gusta que me castigen amo- sintiendo como me toma del brazo

- Debí imaginarlo-se autoregañó a si mismo- espero que cuando crezcas sigas siendo igual de sumio y mantengas ese caracter, porque como puedes imaginar no me teblará el pulso si e de amansarte de nuevo- le advirtió, sin soltarlo del brazo para que apretase el paso.

-No tendra ningun problema conmigo amo- caminando mas rapido

- Me alegra, porque no tendré consideración contigo porque seas pequeño, es más, seré duro para que así aprendas que debes hacer para agradarme-comentó, viendo ya a lo lejos la puerta de su despacho.

Tiemblo al escuchar sus palabras viendo la puerta de su despacho

- Dentro te contaré tus reglas-le susurró con malicia, disfrutando de su miedo para luego entrar y obligar al optro a hacerlo.

(nos vemos en el despacho del dueño)